SER MADRE EN LA ADOLESCENCIA
Cada año un gran número de adolescentes quedan embarazadas. Muchos padres y educadores intentan ayudar y se preguntan qué pueden hacer para ayudar a sus hijos a vivir esta etapa de la vida y prevenir este tipo de situaciones. No podemos olvidar que los adolescentes muchas veces están confundidos y necesitan de alguien que les dirija y oriente, que les ayude y enseñe a tomar decisiones.
¿EN QUÉ SITUACIONES ES MÁS FRECUENTE?
Al contrario de lo que pudiera pensarse muchas adolescentes quedan embarazadas voluntariamente. Esto ocurre con más frecuencia en familias de clases marginales, donde la violencia, la droga y la pobreza forman parte de sus vidas.
No obstante, la mayoría de las adolescentes que quedan embarazadas no lo desean y la decisión de tener ese hijo conlleva una gran responsabilidad para la que normalmente no están preparadas.
En este caso es fundamental el respaldo emocional que pueda obtener de su familia, pareja y amigos aunque lo más frecuente es que se encuentren con el rechazo de la familia, la ausencia de su pareja, que no desea saber nada del tema, y con el aislamiento de sus amigos.
RASGOS COMUNES
- La mayoría de las madres adolescentes son de escasos recursos. Suelen ser fumadoras, toman alcohol o drogas.
- Suelen ser muy vulnerables, tienen bajo autocontrol y poca confianza en sí mismas
- En general poseen escasa y distorsionada información sobre los métodos anticonceptivos, información que con frecuencia obtienen de sus amigos que están tan desinformados como ellas.
- Adelanto de la edad de la primera regla, que coincide con el inicio precoz de las relaciones
- Aunque existe más información y medios para evitarlo rechazan el uso de anticonceptivos, consideran el sexo romántico y apasionado, son relaciones de riesgo, no planificadas.
REACCIONES EMOCIONALES MÁS FRECUENTES
- La primera reacción es la negación. Se niegan a admitir el problema. La mayoría no desea tener el bebé y la nueva situación se convierte en un problema difícil de aceptar. Cualquier cosa que decidan hacer sobre su embarazo tiene sentimientos conflictivos.
- Normalmente hay un rechazo total hacia el bebé. No quieren tenerlo. Son muy frecuentes los sentimientos de culpabilidad, pérdida de autoestima, anorexia, tristeza y depresión.
- La dificultad de contárselo a la familia. Puede ocurrir que sea un embarazo buscado, es el caso de niñas que desean salir del entorno familiar, o que desean tener el bebé para tener a alguien a quien querer, en tal caso el único problema consciente al que se enfrentan es el de comunicárselo a sus familias.
- Sienten miedo e inseguridad ante la nueva situación, entran en otra etapa de su vida, saltando por la adolescencia se adentran en el mundo de los adultos para el cual aún no están preparadas, tienen que afrontar el problema con responsabilidad y surge el miedo. ¿Sabré hacerlo?
- Miedo al rechazo social, se sienten juzgadas y criticadas.
¿QUÉ HACER PARA PREVENIR ESTAS SITUACIONES?
Para prevenir estos embarazos es aconsejable información sexual. Es importante informar al adolescente de los cambios fisiológicos y psicológicos que se producen en esta etapa de la vida, así como del despertar del deseo sexual, explicarles que es un hecho natural que tendrán que regular y controlar.
El adolescente ha saber seleccionar la información sexual que recibe, que a veces puede confundirse y entenderse como una incitación al sexo, que acompañado con el despertar de la sexualidad, la búsqueda de experiencias nuevas y la impulsividad del adolescente pueden dar el resultado de un acercamiento inmaduro e irresponsable a la sexualidad.
Es muy importante el papel de los padres. La comunicación con sus hijos debe ser abierta y darles confianza para que pregunten e intenten resolver cualquier duda con ellos. Para ello es aconsejable que los padres le hablen del amor, de la pareja, el sexo, los hijos, las responsabilidades, etc.
CONSECUENCIA
El embarazo y el parto de una adolescente son de alto riesgo. La probabilidad de que surjan complicaciones es mayor cuanto menor es la edad de la embarazada. También es mayor si existe una deficiente nutrición que, con frecuencia, es escasa en vitaminas y minerales que afectan tanto a la madre como al niño.
El bajo peso del niño y el parto prematuro son mayores en los partos de las adolescentes debido a la inmadurez hormonal de la adolescente y a que el útero no ha completado su desarrollo.
Los bebés que nacen con peso bajo pueden tener problemas de salud durante los primeros meses de vida y son más proclives que los bebés de peso normal a tener complicaciones del desarrollo. Por ello es necesario que los controle el pediatra desde su nacimiento.
Una vez que nace el niño, la vida de la adolescente da un gran giro, el bebé requiere muchas atenciones básicas, tendrá que asumir la responsabilidad y adquirir capacidades para la crianza.
Probablemente tengan que dejar los estudios para atender las necesidades del bebé, además el sistema educativo en España no tiene previsto estas circunstancias. No obstante, es muy importante que estas madres continúen con su formación académica, pensando en su futuro.
Necesitan ayuda tanto económica, ya que ellas no son independientes económicamente y aún no son capaces de desenvolverse en la sociedad, como la ayuda de un experto para mejorar los cuidados del niño, mejorar la alimentación. Necesitan también información sobre los programas de vacunación.
Además de responsabilizarse del bebé deben realizar actividades que correspondan a su edad, no se ha de olvidar que son adolescentes. Se ha comprobado, según numerosos estudios, que los bebés nacidos de adolescentes suelen tener peores resultados académicos y menos habilidad motora, pero a pesar de estas dificultades si la madre recibe la ayuda y el entorno adecuado el bebe puede tener un desarrollo y un comportamiento totalmente normal.
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